Escuché muchas veces decir que el Calendario Maya es mucho más preciso que el nuestro. Cuando pensamos lo que nuestra tecnología es capaz de hacer, la comparación de calendarios da a entender que los mayas poseían una tecnologáa aún superior. No quiero entrar aqui en el debate de si el calendario maya era mejor o peor que el nuestro. Prefiero colocar una perspectiva histórica.
El calendario en uso en el mundo entero, llamado Gregoriano en homenaje al papa Gregório XIII, fue instituido por el máximo prelado de la Iglesia Católica en octubre de 1582. Apenas 40 años antes había fallecido Nicolás Copérnico (1543). Galileo Galilei tenía 18 años, Johannes Kepler apenas 13, Isaac Newton todavía no había nacido. El telescopio era desconocido, y los relojes altamente imprecisos. El cambio en el calendario Juliano fue solicitado por el Concílio de Trento (1563), pasó por un largo proceso hasta ser instaurado en 1582 y algunos de los mayores astrónomos de la época, como Maestlin (maestro de Kepler) y Joseph Scaliger, consideraron que era pésimo. Sólo el prestigio de Christopher Clavius lo mantuvo vivo.
En realidad un calendario no necesita ser muy preciso. Sirve apenas para que los agricultores tengan una referencia razonable de la época del año y puedan decidir cuando sembrar, y cuando cosechar. Para la Iglesia Católica, el calendario debía marcar la época de la Páscua, ligada a las lunaciones y al equinóccio. Los calendarios son un reflejo de nuestra tradición cultural, social y religiosa.
Sin embargo una nave espacial con destino a otro planeta debe conocer el tiempo con una precisión mayor a 1 segundo. Entonces, si consideramos al Tiempo Atómico Internacional (TAI) como el calendario de nuestra era tecnológica, bueno, este es bastante más preciso que el maya.
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