Debes creer me digo
y creo en el ombligo que me vio nacer,
en una yema batida para cinco
y en la máquina de coser,
Singer se llama y seguirá viviendo
que no cosiendo después del ombligo muerto.
Muerto?
Ya no morirá. Ha dado cinco ombligos nuevos
y uno de ellos otros cuatro
y dos mas, dos cada uno.
Asi seguirá hasta que una píldora
mate al amor
o un hambre mate a la píldora
o una bomba mate a los dos.
Alberto Giménez de Castro - circa 1968
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